Estoy aquí, frente al río. Solo, como casi siempre. Tranquilo como nunca. El agua pasa, no soy más aquel infeliz que veías, que pasaba horas embobado frente a tu pantalla.¡No! YA NO. El tiempo ha sido suficiente remedio, áspero, amargo, pero más certero que todos los diccionarios usados por vos.
El tiempo ha de llevarte,
a la raíz de las cosas,
pudriéndote con la mierda del mundo y el humo de la fábrica.
Entenderás el sentido, pero ya tarde,
te transformarás en huesos,
agua de cloaca,
rana aplastada por un camión.
*La foto que ilustra el poema es de mi autoría.